Más buscado hoy:
Ilustración de Rubén Pergament Era un bardo sombrío que chapuceaba endechas chillonas; un vate egoísta, ególatra y aguachento que diluía palabras muertas en ecos que no las repetían. Una tarde, un terco tordo tartamudeó un trino atávico sobre su techo.
Dios es amor sólo a partir del Nuevo Testamento. Antes era un Dios atávico, amenazante, cruel, vengativo. Si él mismo dijo que no es amor, sino que simplemente- es: Yo soy lo que soy o el que soy , que todavía no se ponen de acuerdo los teólogos...
Escribe Orlando Barone El no me gusta argentino se extiende a todos los rubros y todos los géneros. Hay un no me gusta explícito y si no latente. Un no me gusta atávico. Urbano y gauchesco...