Si las palabras me llegan solo para decir Imbéciles frases que pocos entenderán. Si las palabras se mueren, rápidamente, Al ser leídas. Ya no queda en la memoria de muchos Mi nombre impreso, solo el olvido como Excusa del desprecio...
La mesa, un libro, palabras sueltas, Miradas cruzadas, gestos sin sentido. El mate, la pava fría, un pájaro, el desinterés Por las cosas, lagrimas que caen sin sentido. El viento, las hojas...
Y la tristeza de este sueño mal soñado Me hace creer que no estoy equivocado. Y esta bien. Y me da risa. Me hace largar carcajadas estúpidas, risas incoherente para los que me rodean. Para todos aquellos que piensan que seguir el rebaño es lo adecuado.
Manolo Lama, el dicharachero periodista egabrense suena más culto y fino que el gentilicio cabreño- tuvo ayer en Hamburgo, donde se encontraba para informar del partido de fútbol Atlético de Madrid-Fulham-, la ocurrencia...