CLXIX La Desgracia, que con tanta violencia se abatía sobre Drakenstadt, de momento dejaba en paz a Freyrstrande, donde la máxima tragedia del momento era la supuesta fealdad del hijo de Anders...
CLXVIII No fue Dunnarswrad el único en manifestar preocupación por el estado de Ignacio. Apenas salido del despacho de Hrodward de G lster, Ignacio encontró en uno de los pasillos a Damián de Aord Aimorn, Joseph de Urasoil...
CLXVII Ante ese mismo despacho compareció más tarde, éste por voluntad propia, Damián de Aord Aimorn, pidiendo que se lo degradara: se culpaba a sí mismo por el desastre de la Legua Sangrienta, donde para colmo haría perecido su amigo Roland de La M .
CLXVI Al cundir los detalles de la Emboscada de la Legua Sangrienta, Hrodward de G lster convocó a su presencia a Robin Haraldssen y a El Saltamontes, sin cuyas intervenciones quizás no habría habido sobrevivientes. Por supuesto...
CLXV Así finalizó aquel trágico episodio, que pasaría a la posteridad como la Emboscada de la Legua Sangrienta. Cuando los hombres alcanzaron al fin la orilla, quedaron a salvo, pero las bajas habían sido considerables, y lo más deprimente era...
CLXIV Algo que solía desconcertar últimamente a los Jinetes Ballesteros de Drakenstadt era el número aparentemente inagotable de Thr llewurms que infestaban ahora los pantanos del sur de la ciudad. No tenían forma de saber, desde luego...