CXCVIII -Descansa bien, Ljottur-susurró Balduino. Asombró a Anders que el pelirrojo llamara a Rattele por su verdadero nombre, no menos que la forma casi maternal en que lo arropó antes de acostarse él mismo. Había camas en la habitación...
CXCVII Benjamin Ben Jakob solía decir siempre que un Caballero debía ser en primera instancia un defensor de la justicia y de la vida, y sólo en última un exterminador de inicuos. Por ello...
CXCVI Era obvio que Gudhlek Hallmarson gustaba de sentirse fuerte y poderoso. Que hubiera bautizado su posada con el nombre del palacio de un antiguo dios del panteón Bersik habría podido atribuirse, en cualquier otro...
CXCV Hansi se disponía a salir de la caballeriza, cuando vio por la puerta a medio abrir a Rattele que volvía trayendo en sus manos algo pequeño y muy movedizo, que no logró distinguir en ese momento. -Señor Cabellos de Fuego...
CXCIV La verdad era que a Balduino le daba igual que hubiera caballerizo o que no lo hubiera: ¿qué podía importarle, si de todos modos la ferocidad de Svartwulk impedía que se le acercara cualquier otro que no fuera su amo? Anders, por supuesto...
CXCIII La posada se llamaba Breidablik, como el palacio del antiguo dios del sol, Balder; pero su dueño nada tenía de divino o señorial y, a decir verdad, su traza era propiamente la de un verdugo: gigantesco, velludo...
CXCII La posada a la que finalmente fueron a dar Balduino, Anders, Hansi y Emmanuel, aunque de traza humilde, estaba bien enclavada en el corazón de Helmberg. Previamente, y por sugerencia de Anders, habían recorrido las barriadas más pobres...
CXCI Molestó a Erik que Balduino, cuando Anders se disponía a jurar, hiciera una alusión a la mujer y a las hijas de Arn, acotando que el juramento no sería válido si se había infligido a éstas algún daño físico o moral...