CLXXXII Ese día, el entrenamiento fue arduo en más de un sentido. Recién rayando el crepúsculo se acordaron todos de Honney. Balduino ordenó que se lo desatase, si mientras tanto no lo había logrado él solo...
CLXXXI Durante el almuerzo, Honney, todavía deprimido -y al parecer, encantado con su depresión y rotundamente negado a salir de ella- se sentó aparte...
CLXXX Ocupado en mediar entre Tarian y Ulvgang, Balduino se desentendió de Honney; y Ursula estaba de guardia en el torreón, pero Andrusier fue tras su compinche cuando éste se fue aparte durante aquel descanso. -¿Dónde diablos tienes la mente, hombre?
CLXXIX La práctica, al día siguiente, resultó un tanto caótica. Balduino puso a Ulvgang a dirigirla, y se mezcló con los que practicaban; pues si bien en caso de ataque Wurm él combatiría, en teoría, desde el aire y montado a lomos de Held...
CLXXVIII Más tarde, Balduino quedó pensando en Tarian, quien por supuesto había superado, mal que bien, sus penas de amor, cualesquiera fuesen éstas. Ello podía deberse a que se había resignado, pero el pelirrojo se preguntaba ahora si no sería...
CLXXVII Sólo mientras cabalgaba de regreso a Vindsborg recordó Balduino a Kehlensneiter, y temió lo que pudiera hallar a su regreso. Ya había oscurecido cuando guardó a Svartwulk en la caballeriza...
CLXXVI El diez por ciento de Balduino era un estúpido y sabihondo macho que sin razonar, sino simplemente por hábito, asumía que las mujeres eran todas unas inútiles o, en el mejor de los casos...